Día del programador
Hoy, estimado lector, es el día del programador. Y, bueno, no es que sea exactamente el 13 de Septiembre de cada año, en realidad se celebra en el día 256 de cada año (que puede ser el 13 o el 12 de Septiembre, si es que el año es bisiesto).
Y, bien, en las eras en los que prácticamente hay un día dedicado a cada cosa (incluso, el día de Star Wars que es el 4 de Mayo, por un retruécano proveniente de la expersión inglesa "May the Forth"), siempre es bueno saberse celebrado (aunque sea, veladamente) por un día como éste.
En lo personal, yo empecé a programar desde 1985, aunque me especialicé a partir de 1988. Al poco tiempo me certifiqué como "Programador/Analista en Sistemas Computacionales" y mi vida transcurrió en torno al software y su desarrollo. De hecho, mi pasión por esta actividad me dio la oportunidad de hacer la revisión técnica de varios libros de programación que hoy aún se encuentran en mi biblioteca, así como ser autor de un par de ellos.
Y así es, la programación se convierte en una pasión, en la capacidad de comprender a la computadora desde el software (y no desde el hardware). Eso da una visión diferente de la tecnología de cómputo y permite delinear claramente a la computadora como una entidad que depende de ambos factores (software y hardware) para funcionar adecuadamente. En muchos casos (más de los que uno se imagina) es el software el que establece cuáles son los requerimientos del hardware como tal, aunque la triste realidad es que muchos compran hardware y pasan al software a un segundo plano--para, posteriormente, quejarse de que sus aplicaciones andan mal o que su computadora no sirve. La programación es una clara unión entre la ciencia, la tecnología y el arte--algunos la verán más como ciencia, otros más como tecnología y otros más como arte, algunos otros la percibirán tediosa e hirsuta, pero estos dos últimos seguro que no la traen en las venas.
Programar es un placer al cual nos consagramos quienes sucumbimos a la invitación de una pantalla (negra, azul o blanca) con un editor. Es un embrujo, una droga, un hechizo del cual es difícil escapar. Es como una enfermedad crónica que aunque parezca desaparecer, allí está, latente; y que aparece tan pronto como un ligero estímulo nos incita a regresar al teclado a escribir por horas, por horas y más horas... Sensación indescriptible que, con todo y sus inherentes retos (algunos de ellos, aparentemente insalvables), es profundamente satisfactoria y placentera.
En fin, hay mucho que agradecerles a Valentin Balt y Michael Cherviakov, entonces empleados de una empresa rusa llamada Parallel Technologies, quienes por allí del año 2002 hicieron la propuesta de este día. Oficialmente se instituyó el 11 de Septiembre de 2009, es decir, apenas tiene 8 años a la fecha. La idea era celebrar el día 256 de cada año como Día del Programador. Y es que éste (28) es el máximo número en potencia de 2 menor a 365, además que queda bastante bien con la cantidad de valores representados en el hexadecimal &HFF o en el binario 11111111 (aunque, en realidad, ambos suman 255, dado que los valores representados son del 0 al 255, son, en total, 256 valores). Tiene, además, mucho sentido con el código ANSI/ASCII, ampliamente utilizado en tareas de desarrollo de aplicaciones. Este día fue oficialmente reconocido por Rusia, y ahora también se reconoce en países como Argentina, Alemania, Brasil, Francia, Reino Unido, Estados Unidos y México, entre otros.
Cabe hacer notar que existe una fecha alternativa para el Día del Programador que se celebra el 7 de Enero, que aunque se ha celebrado desde hace algunos ayeres, se trata de una fecha extraoficial. ¡A celebrar, pues, el Día Oficial del Programador! ¡Nos seguimos leyendo!
Decreto oficial de Dmitry Medvedev: https://web.archive.org/web/20100916182426/http://archive.kremlin.ru/eng/text/news/2009/09/221572.shtml
https://www.timeanddate.com/holidays/world/international-programmers-day
Y, bien, en las eras en los que prácticamente hay un día dedicado a cada cosa (incluso, el día de Star Wars que es el 4 de Mayo, por un retruécano proveniente de la expersión inglesa "May the Forth"), siempre es bueno saberse celebrado (aunque sea, veladamente) por un día como éste.
En lo personal, yo empecé a programar desde 1985, aunque me especialicé a partir de 1988. Al poco tiempo me certifiqué como "Programador/Analista en Sistemas Computacionales" y mi vida transcurrió en torno al software y su desarrollo. De hecho, mi pasión por esta actividad me dio la oportunidad de hacer la revisión técnica de varios libros de programación que hoy aún se encuentran en mi biblioteca, así como ser autor de un par de ellos.
Y así es, la programación se convierte en una pasión, en la capacidad de comprender a la computadora desde el software (y no desde el hardware). Eso da una visión diferente de la tecnología de cómputo y permite delinear claramente a la computadora como una entidad que depende de ambos factores (software y hardware) para funcionar adecuadamente. En muchos casos (más de los que uno se imagina) es el software el que establece cuáles son los requerimientos del hardware como tal, aunque la triste realidad es que muchos compran hardware y pasan al software a un segundo plano--para, posteriormente, quejarse de que sus aplicaciones andan mal o que su computadora no sirve. La programación es una clara unión entre la ciencia, la tecnología y el arte--algunos la verán más como ciencia, otros más como tecnología y otros más como arte, algunos otros la percibirán tediosa e hirsuta, pero estos dos últimos seguro que no la traen en las venas.
Programar es un placer al cual nos consagramos quienes sucumbimos a la invitación de una pantalla (negra, azul o blanca) con un editor. Es un embrujo, una droga, un hechizo del cual es difícil escapar. Es como una enfermedad crónica que aunque parezca desaparecer, allí está, latente; y que aparece tan pronto como un ligero estímulo nos incita a regresar al teclado a escribir por horas, por horas y más horas... Sensación indescriptible que, con todo y sus inherentes retos (algunos de ellos, aparentemente insalvables), es profundamente satisfactoria y placentera.
En fin, hay mucho que agradecerles a Valentin Balt y Michael Cherviakov, entonces empleados de una empresa rusa llamada Parallel Technologies, quienes por allí del año 2002 hicieron la propuesta de este día. Oficialmente se instituyó el 11 de Septiembre de 2009, es decir, apenas tiene 8 años a la fecha. La idea era celebrar el día 256 de cada año como Día del Programador. Y es que éste (28) es el máximo número en potencia de 2 menor a 365, además que queda bastante bien con la cantidad de valores representados en el hexadecimal &HFF o en el binario 11111111 (aunque, en realidad, ambos suman 255, dado que los valores representados son del 0 al 255, son, en total, 256 valores). Tiene, además, mucho sentido con el código ANSI/ASCII, ampliamente utilizado en tareas de desarrollo de aplicaciones. Este día fue oficialmente reconocido por Rusia, y ahora también se reconoce en países como Argentina, Alemania, Brasil, Francia, Reino Unido, Estados Unidos y México, entre otros.
Cabe hacer notar que existe una fecha alternativa para el Día del Programador que se celebra el 7 de Enero, que aunque se ha celebrado desde hace algunos ayeres, se trata de una fecha extraoficial. ¡A celebrar, pues, el Día Oficial del Programador! ¡Nos seguimos leyendo!
Decreto oficial de Dmitry Medvedev: https://web.archive.org/web/20100916182426/http://archive.kremlin.ru/eng/text/news/2009/09/221572.shtml
https://www.timeanddate.com/holidays/world/international-programmers-day
Comentarios