A deshacerme de disquetes

Año nuevo, vida nueva... Y eso fue lo que decidí hacer en mi "oficina" (un pequeño espacio que tengo en casita para mí y mis cosas, que, en general, son de cómputo y música). Había almacenado una miríada de disquetes de 3.5" que, me decía, "algún día" revisaré y veré qué me sirve.

Resulta que adquirí un lector de disquetes Sony para conectarse vía USB. Sucede que todas las unidades de disquete internas con las que yo contaba, por alguna razón, no podían leer bien los disquetes y, bueno, resultaba que todos estaban con problemas. Así que aplacé seriamente la oportunidad de verificar uno a uno los disquetes, hasta que este pasado 1 de Enero de 2013 me di a la tarea, por fin, de hacer semejante revisión (titánica tarea, sin duda).

Así, usé un lector, como ya decía, Sony, capaz de funcionar en Windows 8 de 64 bits (ya tenía una unidad Sony anteriormente, pero que no era reconocida en equipos de 64 bits. Esta nueva versión sí que es reconocida). Y me puse, uno a uno, a revisar los disquetes. La mayoría podían leerse bien. Algunos otros, no tuvieron esa suerte (y, bueno, a más de 10 años que no usaba esos disquetes, pues alguno pudo haber perdido sus propiedades magnéticas).

Lo curioso del caso, y que es el motivo de este texto, es que uno de ellos resultó infectado con el virus NATAS. ¡El virus NATAS! ¿Alguien se acuerda de él? Es un virus que este año estaría cumpliendo aproximadamente 18 años de haber sido liberado, y es curioso que en uno de estos discos aun se haya encontrado semejante virus. Lo realmente sorprendente es que fue el propio Windows Defender el que lo detectó, lo cual pone en perspectiva que, posiblemente, los antivirus vienen cargando una importante base de datos de virus de la computadora.

Recuerdo que el primer virus con el que me enfrenté fue el "Jerusalem", un virus que se autorreplicaba cada vez que se ejecutaba un programa (hasta que era imposible cargar el programa en la memoria), y que, luego de un tiempo, lentificaba seriamente al equipo (luego de que aparecía un pequeño recuadro en la pantalla que des-sincronizaba lo que allí había desplegado). A partir de allí, mi lucha contra los virus fue incansable (llegando a niveles de épica en algunas ocasiones para salvar información).

Aunque todos los virus han tenido su enorme grado de complejidad para ser removidos (y meto en este saco a los Spyware, Adware y malware en general), tal vez uno de los más complejos en remover ha sido, precisamente, el virus Natas. Los daños generados a los datos fueron enormes y, recuerdo, las pérdidas causadas por semejantes daños fueron muy cuantiosas. Verlo por última vez (al menos, en los disquetes) fue toda una experiencia y un déjà-vu.

Ahora, ya no me queda más que un pequeño puñado de disquetes que aun usaré con ayuda de mi unidad lectora USB. No quise dejar de compartir esta experiencia. ¡Nos seguimos leyendo!