Patoaventuras en la PC: Windows 8 (Parte 1)

Y que me lo compro... Fui a una conocida tienda al día siguiente de que salió al mercado, y me lo compré. Y, bueno, aunque ya lo tenía, no lo pude instalar sino hasta que llegó el fin de semana. Pero allí estaba, mi flamante nuevo Windows 8 Pro en su cajita (muy mona, ecológica y minimalista, por cierto).  Como supe que había la oportunidad de adquirirlo por Web, eso mismo hice. Adquirí (casi a la mitad de precio) otra licencia mediante la Web en el sitio de Microsoft, y ya pude tener dos licencias del tan promocionado sistema operativo.

Pero, ¿para qué se requiere de una nueva versión de sistema operativo? Como ya lo he escrito anteriormente, el Sistema Operativo de una computadora es como su alma, la que le ayuda a conocer y aprovechar de la mejor forma posible las características de hardware con las que cuenta, así como facilitar la comunicación de la computadora con el usuario. Entre más eficaz sea esa interacción, mayor éxito se augurará para el sistema operativo. En este caso, para todas las máquinas nuevas (particularmente, las que aparezcan a partir del primer trimestre de 2013 [si es que aun queda mundo :D]), es muy recomendable que incluyan un sistema operativo nuevo.

A veces lo anterior es difícil de justificar cuando la interfaz (gráfica o no) juega un papel primordial entre la computadora y el usuario: Si el usuario está acostumbrado a trabajar con la máquina de cierta forma, por más novedoso que sea el sistema operativo le dará por instalar (o pedir que alguien le instale) una versión anterior. Así, se desperdicia o sub-utiliza el hardware recientemente adquirido, en pro de facilitar la interacción que el usuario tiene con el equipo. Ello explica el porqué tantos usuarios cambiaron Windows Vista por Windows XP, o a Windows 7 por Windows XP (un sistema operativo de hace más de 11 años, y que desperdicia olímpicamente los recursos de la computadora, pero que generó tanta costumbre entre los usuarios que aun se sigue llevando a cabo semejante práctica).

Hoy Windows 8 tiene un importante reto que salvar: que la gente se acostumbre a la nueva interfaz gráfica de la "Pantalla de inicio" (o "Metro"), y a la ausencia de baluartes como el Botón Inicio o el Botón Windows. Y, precisamente, es parte de lo que yo mismo quiero experimentar...

Idealmente, para instalar Windows 8 se requiere de una PC con DirectX 11, procesador x64 con dos núcleos, y memoria suficiente (4GB) para alimentar adecuadamente a esos núcleos. El espacio en disco supera los 30GB (20GB en la instalación), así que en una tableta habrá que hacerle cancha al sistema operativo. En realidad, Microsoft establece requerimientos mínimos (http://windows.microsoft.com/es-MX/windows-8/system-requirements) por debajo de ello, pero la experiencia me ha enseñado que nunca se obtiene un buen resultado. Como mis equipos tienen, todos, tecnología de AMD, todos cumplen con DirectX 11 y 64 bits. La memoria la cumplen y superan. :)

Al fin, llegó el fin de semana y lo primero que hice fue instalar Windows 8 en mi laptop peronal para, posteriormente, hacerlo en mi PC usando la segunda licencia. Ciertamente, aun faltan algunas otras máquinas dónde instalarle, pero quise, primero, asegurarme de su funcionamiento en mi propia máquina (por si hay desaguisados, advertir a mi familia). Y siempre lo he hecho así: primero instalo el sistema operativo nuevo en mi máquina, y como dos o tres meses después (si determino que la mayor parte funciona adecuadamente), lo instalo en las máquinas de mi familia.

En realidad, nunca me ha gustado del todo instalar una nueva versión sobre la anterior, pues la experiencia me ha dejado ver que queda mucha basura que genera inconsistencias y funcionamientos inesperados. Sin embargo, en esta ocasión decidí hacer una actualización tanto en la laptop como en el equipo de escritorio (la laptop con Windows 7 Home Premium y la PC con Windows 7 Ultimate, ambos de 64 bits). En la laptop la instalación tardó unos 40 minutos, y en la PC tardó unos 35 minutos. En realidad, no es mucho tiempo, tomando en cuenta que se trata de una actualización.

Sin embargo, los resultados de la instalación fueron mixtos: Mientras que en la laptop prácticamente todo, tal como estaba instalado en Windows 7 quedó en Windows 8 Pro. En la PC ¡desapareció todo lo que tenía instalado! Sin embargo, el sistema no lo borró, dejó en una segunda carpeta todo lo que estaba instalado, de manera que pudiera volver a instalarlo. Era, precisamente, lo que no quería... Y, bueno, como así fue el proceso en la PC, pues decidí que instalaría a Windows 8 desde cero, pero con algunos cambios en la máquina. Esos cambios los compartiré en el siguiente de la serie. ¡Nos seguimos leyendo!

Comentarios

Saúl Escalante dijo…
Nuevamente usted Ing. nos regala un tema intrigante y especialmente interesante verlo desde el punto de vista de un profesional.

Yo también descargue en su tiempo las versiones previas de W8 que Microsoft ofreció en su web. Consumer Preview jamas lo pude instalar. En alguna parte del proceso, este se detenía sin motivo alguno y no avanzaba mas. Release Preview cambio las cosas y disfruté de un sistema rápido, agradable y vanguardista.

Eh escuchado y leído en muchos foros de usuarios que desprecian la nueva interfaz que desde Microsoft dieron a Windows 8. En lo personal mi parte mas complicada fue encontrar el apagado del equipo. Fuera de eso me gustó mucho. A pesar de estar pensado mas para pantallas táctiles que para teclado y ratón, con un poco de costumbre los atajos con el teclado no tienen nada que envidiarle a pasar los dedos por la pantalla.

Un saludo y un buen deseo en épocas casi-navideñas.

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